Los tratamientos quirúrgicos de la obesidad, comola gastrectomía en manga y el bypass gástrico, son una forma muy eficaz de deshacerse del exceso de peso y llevar una vida más sana y cómoda. Ayudan a perder peso restringiendo la cantidad de comida que se puede consumir y reduciendo la secreción de la hormona grelina, que ayuda a suprimir la saciedad y el apetito. Aunque todos los tipos de cirugía bariátrica tienen beneficios de gran alcance que mejoran la calidad de vida de los candidatos adecuados, si usted es un comedor emocional, puede resultarle difícil adaptarse al proceso.
¿Cómo puedo deshacerme del comer emocional después de la operación?
La felicidad y la tristeza, que son los sentimientos más importantes del individuo, regulan la vida. La alimentación también se controla en el marco de estas emociones. El comer emocional es un mecanismo de afrontamiento que la gente utiliza en respuesta a emociones fuertes como el estrés y la tristeza. Los comedores emocionales utilizan la comida como zona de confort para escapar, adormecer o cambiar emociones no deseadas. Cuando se prefiere la comida como escape de estas emociones fuertes en el viaje de pérdida de peso postoperatorio, se puede tanto perder músculo mientras se pierde peso como quedarse por debajo del objetivo fijado. Entonces, ¿cómo podemos dejar de utilizar la comida como escudo emocional cuando estamos en un nuevo camino?
Comer emocionalmente es común entre los pacientes de cirugía bariátrica. La cirugía bariátrica ayuda a controlar el tamaño de las porciones, pero no cambia el componente psicológico del comer emocional. Si quieres continuar tu camino de una forma más saludable, es crucial que pongas en marcha medidas que te ayuden a gestionar tus emociones de una forma saludable que no amenace el éxito de tu cirugía bariátrica después de la cirugía.
Aquí comparto contigo 4 consejos útiles para controlar el comer emocional después de la cirugía de pérdida de peso.
1. ¿Qué te desencadena?
La alimentación emocional tiene que ver con los desencadenantes. Muchos psiquiatras especializados en alimentación emocional coinciden en que llevar un diario de tus emociones es una herramienta útil para identificar tus desencadenantes personales que te llevan a comer emocionalmente. Cuando empieces a superar emociones, haz una entrada detallando estas emociones. Nombrar el estrés, la preocupación, la ansiedad, la tristeza, etc. puede crear una conciencia que le permitirá detener el tren de pensamiento que a menudo conduce a elecciones alimentarias poco saludables. Con esta toma de conciencia, iniciar una terapia con la ayuda de un experto te ayudará en tu proceso.
2. Tomar conciencia y cambiar hábitos
Intente abandonar los rituales que ha estado practicando al comer antes de la operación. Por ejemplo, por la noche delante de la televisión, junto al té/café, mientras trabaja con el ordenador, etc. Le ayudará abandonar el hábito de «picar» y consumir en la mesa y espaciarlo en el tiempo para ganar conciencia mientras come. Además, como consejo adicional, tomar las comidas regularmente durante el día, tal y como recomiendan el médico y el dietista, regulará la glucemia y eliminará el hábito de picar fuera de las comidas.
3. Recuerde su objetivo
Aunque su motivación sea alta durante todo el proceso, tener personas a su alrededor que puedan recordarle esta motivación y apoyarle o tener un artículo, recuerdo, objeto que le ayude a recordar esta motivación también le ayudará a tener imágenes que le recuerden por qué decidió perder peso. Además, es muy importante para su éxito proceder con un equipo de obesidad y los consejos que escuchará de bocas experimentadas en este tema.
4. Encuentre un método para aliviar el estrés
Aunque lleva tiempo reeducar y reorientar la mente y el cuerpo para que respondan de forma más positiva a la alimentación emocional, es posible formar hábitos nuevos y saludables. Hay muchas maneras diferentes dereducir el estrés y lo que funciona para usted es completamente personal. A veces, sumergirse en una nueva afición, como pintar o aprender a tocar el piano, puede ayudar a controlar el estrés. Una fuente científicamente probada de alivio del estrés en la que coinciden todos los expertos es el ejercicio regular.
